Guido Moreno, 42 años.
Desde chico jugaba a las cartas con su abuelo, entre truco, chinchón y mates.
Hace 8 años trabaja como Crupier en el Casino de Puerto Madero, hasta llegar a ser hoy, Supervisor del Salón. Su trabajo no sólo le dió la posibilidad de crecer, sino que además le hizo conocer al amor de su vida. Juntos, viven en Caballito, y ya formaron una familia numerosa.
Se siente muy agradecido por la oportunidad que le brindó la empresa, ya que no sólo pudo desarrollarse profesionalmente, sino que además, está pensando en mudarse a una casa más grande.
Teresa Irene Citerio, 29 años.
Desde muy pequeña, ayudaba a su mamá, cuando había que preparar la comida.
Condimentaba, improvisaba e inventaba nuevas recetas.
Hoy, trabaja en el Hipódromo de Palermo hace 7 años, como gastronómica.
Es de Rawson, y llegó a la ciudad, en busca de oportunidades. Acá conoció a su novio, se enamoraron y se fueron a vivir juntos. Todos los días va al trabajo en moto, porque ahorra tiempo y dinero.
Se siente agradecida con la empresa por las posibilidades que le ha dado, no sólo porque hace lo que más le gusta, sino porque además, pudo tener su propia casa, y ahora piensa en ser mamá.
Fernando Arredondo, 31 años
Nació en Victoria, y hace 10 años trabaja en el Casino de esa localidad.
Empezó siendo mozo, ya que siempre le gustó el trato con los demás.
Después de un tiempo, pasó al área de Relaciones Públicas, colaborando así en la organización de eventos del Casino, siendo también el encargado de la Sala Privada.
Siempre le gustó caminar, y al quedarle cerca el trabajo, lo hace todos los días.
Vive con su hermano, pero su mamá vive en la isla.
Fernando está agradecido por las oportunidades que la empresa le ha dado, porque no sólo pudo crecer profesionalmente, sino que además, pudo comprar una lancha para visitar a su mamá, los fines de semana.